martes, 30 de julio de 2013

EL TRIPLE CRIMEN DE CASTELLAR....

La Audiencia condena a 69 años de cárcel al autor del triple crimen de Castellar

El tribunal obliga a Francisco Planells a pagar casi 900.000 euros a los supervivientes y a los familiares de los fallecidos

30.07.2013 | 12:12
Francisco Planells en julio de este año durante una sesión del juicio.
Francisco Planells en julio de este año durante una sesión del juicio. 

La Audiencia de Valencia ha impuesto 69 años de cárcel a Francisco Planells, Parreta, el hombre que en la noche del 28 de octubre de 2011 mató a tres de sus vecinos e hirió de gravedad a dos más en una espiral de violencia extrema cuyo móvil no ha podido ser establecido ni siquiera tras la celebración del juicio. El fallo, que asume punto por punto la petición de pena realizada por la Fiscalía tras la finalización del juicio, impone además al acusado la obligación de pagar una elevadísima indemnización a los supervivientes y a los familiares de los fallecidos: 896.333 euros.
Así mismo, la sección primera de la Audiencia de Valencia fija en 25 los años de cumplimiento efectivo de condena y acuerda que los beneficios penitenciarios, los permisos y el cómputo de tiempo para concederle la libertad condicional „la que se otorga una vez cumplidas las tres cuartas partes de la condena„ se calculen «referidos a la totalidad de las penas impuestas en esta sentencia».
Además, los magistrados que conforman el tribunal agregan su destierro y el alejamiento completo de los principales damnificados „Dolores Vila González, que fue brutalmente acuchillada y además perdió a su hijo de 13 años, Héctor, y a su marido, José Ramón Julián; Víctor Julián Vila, el hijo mayor de Dolores, y hermano e hijo, por tanto, de esas víctimas; y a Vicente Salvador Cabrelles, el otro vecino que sobrevivió al ataque de Planells„ por un tiempo de 35 años, 10 más que el máximo que deberá pasar de manera continua en la cárcel.
Los hechos, tal como recoge el fallo notificado ayer a las partes, se produjeron en la tarde-noche de aquél 28 de octubre de 2011. Francisco Planells, que incluso en el juicio admitió los acuchillamientos „salvo los de las víctimas más vulnerables, el niño de 13 años y la anciana de 77 años a la que mató de una sola cuchillada en el corazón, Carmen Domingo Alagarda, cuando éste le espetó en el rellano: «Xic, ¿qué fas?»„, había estado bebiendo un par de cervezas, jugando a la tragaperras y consumiendo alrededor de un gramo de cocaína comprado esa misma tarde.
Sobre las 20.30 horas, tras haber consumido el primer medio gramo de droga en su casa, decidió ir a buscar a su hija, de pocos meses, a casa de sus padres. Poco antes de las nueve, subió con la pequeña y sin que haya dado una explicación convincente, llamó a su vecina Dolores „Lola para sus allegados„ y le pidió que cuidara un momento de su hija. Sólo cinco minutos después, y tras esnifar el segundo medio gramo y coger un cuchillo de cocina de su casa, que ocultó bajo las ropas, regresó a casa de Lola. Sorpresivamente, y sin que mediasen palabras, Planells atacó a Dolores por la espalda. Fue el principio de una serie de ataques violentos e inexplicables que, en apenas unos minutos, supusieron la muerte del marido de Lola, de su hijo, que salió de su cuarto al escuchar los gritos „cada uno de ellos recibió 20 cuchilladas„ y de la vecina, Carmen. Sobrevivieron, gracias a la asistencia médica inmediata, Dolores y Vicente, el vecino del cuarto que incluso llegó a forcejear con Parreta antes de refugiarse en casa de Lola.
No hubo tanto alcohol
Inicialmente, la Fiscalía solicitaba una pena sustancialmente menor: 45 años de cárcel. Y lo hacía al entender que la capacidad mental de Parreta estaba gravemente alterada por la psicosis causada con la mezcla de alcohol y cocaína. Según él, habría ingerido casi dos litros de cerveza y un gramo de la citada droga.
El informe realizado por los dos peritos forenses recogía esa alteración, que acabó sustanciándose en la aplicación de una eximente muy cualificada que obligaba al fiscal a rebajar en un grado la petición de pena.
Sin embargo, durante la vista oral saltó la sorpresa. Los médicos forenses admitieron que habían emitido su informe basándose en las entrevistas mantenidas con el acusado y, por lo tanto, en los datos aportados por éste, en que había tomado casi dos litros de cerveza.
Para que un cocainómano sufra un delirio generado por la mezcla de ese estupefaciente y alcohol, la cantidad de éste último ha de superar los 80 gramos por litro en sangre. Y lo único que acreditó la Guardia Civil, de manera contrastada, es que Planells consumió dos quintos de cerveza y en el plazo de casi una hora; una cantidad demasiado pequeña como para alterarle hasta convertirle en menos culpable.
Ante ese hecho, la Fiscalía modificó su petición de pena y la elevó hasta 69 años „17 por cada uno de los tres asesinatos consumados y 9 por los dos intentados„. El tribunal ha asumido esa tesis y ha fijado en 69 los años de condena, y admite un «trastorno leve» de la conducta, si bien estima que la actitud del acusado dista mucho de la que habría mostrado en caso de que esa mezcla de tóxicos le hubiera originado el delirio de cocaetileno que proponía su defensa para solicitar la libre absolución. Las acusaciones particulares, por su parte, solicitaban 90 años de cárcel, aunque ayer se mostraban satisfechas con la pena impuesta a Planells.
«Ni el dinero, ni la prisión me devolverán a mi familia»
La noticia de la sentencia condenatoria de 69 años de prisión para el triple asesino de Castellar fue acogida con satisfacción por parte de los familiares de las víctimas, quienes esperan por fin superar el duro golpe que sufrieron sus vidas el 28 de octubre de 2011. Sin embargo, el fallo de la Audiencia Provincial de Valencia, «por desgracia, no puede reparar todo el daño que hemos sufrido», aseguraron fuentes de la familia de Ramón Julián Navarro y su hijo Héctor, ambos asesinados por el ahora condenado. «Ni el dinero ni el tiempo que pase su asesino en prisión me devolverán a mi hijo y mi marido», se lamentó Dolores Vila, madre y esposa de dos de las víctimas mortales.
Lo primero que preguntó Dolores al conocer la resolución judicial es qué edad tiene actualmente el asesino y con qué edad saldría de prisión. La mujer, que también fue acuchillada por José Francisco Planells, tiene miedo de que cuando el verdugo de su esposo e hijo salga de la cárcel, éste intente acabar con su vida, según reconocieron sus más allegados.
De hecho, pese a que en la sentencia no se establece el móvil del triple crimen, su familia sigue convencida de que el objetivo del condenado «era acabar con la vida de Dolores y que los acontecimientos lo desbordaron y fue acuchillando a todo el que se interponía». En el texto el juez sí que hace una referencia al hecho de que el acusado hubiera preguntado a su vecina si iba a estar sola todo el día, por lo que su familia piensa que su principal objetivo era ella.
«Mitiga de algún modo el dolor»
Los letrados de la familia de Ramón y Héctor apuntaron que la sentencia «se ajusta a derecho y mitiga de algún modo el dolor de las víctimas» pero que ellos solicitaban una pena mayor por cada delito de asesinato. Además mostraron sus reticencias con la decisión de que el cumplimiento máximo efectivo de la condena del condenado se haya fijado en 25 años de prisión y que a partir de ese momento pueda aprovecharse de los beneficios penitenciarios. Eso sí, el fallo establece que el condenado no podrá regresar a Castellar en un plazo de diez años desde que finalice su condena y no se acerque a menos de 300 metros de las víctimas.
Respecto de la eximente que pretendía lograr la defensa del acusado, quien se apoyaba en el consumo de alcohol y cocaína el día de los asesinatos, destacan que la sentencia ha dejado bien claro que la afectación de sus facultades era leve y por tanto Parreta era consciente en todo momento de sus atroces actos.

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Mapa de la probable ubicación de la extinta línea costera en MarteGracias a las últimas misiones robóticas a Marte hoy sabemos que en el pasado, el planeta rojo poseyó grandes cantidades de agua líquida fluyendo a través de su superficie. Sin embargo, si lo que se pretende es encontrar rastros de una pasada línea costera, los rovers son de poca ayuda. Para una labor como esta se precisan orbitadores que muestren imágenes del terreno desde arriba, y en eso pocas sondas hay mejores que la Mars Reconnaissance Orbiter (MRO).
Examinando sus datos, especialmente sus imágenes a alta resolución, científicos del Instituto Tecnológico de California (Caltech) creen haber descubierto en Marte los que en su día fue un delta fluvial que desaguaba en una gran masa de agua. Si están en lo cierto, nos encontramos ante la evidencia más fuerte hasta la fecha de una extinta línea costera marciana.
Esta presunta Riviera se encuentra en Aeolis Dorsa, una vasta planicie con la longitud de la península ibérica (1.000 kilómetros) situada al este del Cráter Gale, lugar en el que aterrizó la conocida sonda Curiosity, de la que tanto hemos hablado en este blog. En la imagen que abre este post, se muestra la localización exacta del área de estudio (marcada con una estrella) situada dentro de Aeolis Dorsa (delimitada con línea discontinua).
Según cuenta Mike Lamb, profesor asistente de geología en Caltech y co-investigador en este trabajo: "Los científicos llevan tiempo sosteniend la hipótesis de que las tierras bajas del norte de Marte eran en realidad el fondo desecado de un océano, pero hasta ahora nadie había encontrado la prueba irrefutable".
Se cree que grandes regiones del hemisferio norte marciano estuvieron en su día cubiertas de agua ya que la mayor parte de su superficie se encuentra a una menor elevación que las existente en el hemisferio sur. Precisamente por eso los científicos se centraron en este área para buscar rastros de antiguos contornos costeros, y aunque durante mucho tiempo las evidencias fueron esquivas, ahora en Aeolis Dorsa parecen por fin haber tenido suerte.

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